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20/12/09

Marcos R.

Foto: Juan A.

Hola!
Yo también estuve en La Sabinosa, cuando tenia 8 años. Los 3 meses que estuve no se me olvidan. En los años 50, los años del hambre, nuestros padres nos apuntaban donde podían. Salimos de Logroño 8 chavales en una furgoneta chata, de chapa Pegaso, francesa que tenia una cruz sanitaria pero con un palo más, dirección Zaragoza donde pernoctamos en la plaza el Pilar, al lado de la cruz de los caídos (ahora hay una cascada de agua.
Salimos para Tarragona y, en Lérida, en medio de la nada y con un calor de justicia, nos dieron un bocadillo y, hasta La Sabinosa.
Todo lo que cuentan en los correos es verdad, y más. Nos engordaban como a cochinos, y nos pesaban todas las semanas, el que no llegaba al peso... doble plato y hondo, hasta el borde (plato catalán), yo devolví una vez al suelo, y rellenaron otra vez el plato, y la sargento detrás, pero el que devolvía dentro del plato le hacían comer todo lo que había devuelto, (yo le cuento al hijo estas historias y se queda con la boca abierta).
Las señoritas enfermeras con la cruz doble en la bata, te pegaban unos tortazos que te tiraban de espaldas al suelo y, en las palmas de las manos, nos golpeaban con una pala de jugar a pala, pero con el CANTO, y con las llaves en la cabeza por que se hacian daño si lo hacían con los nudillos de las manos.
Un servidor tuvo suerte, procuré pasar lo más desapercibido y, aún así, tuve algún problema.
Me acuerdo del dia San Joan en la explanada, una hoguera enorme, el rosario todos los días, las excursiones a Roda de Bará, Torre de Escipión, el acueducto, las cestas que hacíamos con las hojas de las palmeras, aquello creo que era lo más parecido a una cárcel.
La vuelta para casa, en tren, en 3ª clase, vagones de madera y los asientos también, el calor del verano los túneles y la máquina de vapor, (sólo imagínatelo) así que todo lo que cuentan es verdad, era los años de hambre y no se podía hacer otra cosa.
Bueno Scila, no te aburro mas, porque parecen historias para no dormir, y ahora la juventud lo tiene todo y se quejan, pero que no vuelva lo de antes.

Saludos/ Maquis.

8/9/09

José F. Gil, nuevo sabinoso

José F. nos ofrece su visión de una corta estancia en la Sabinosa en los años sesenta, junto con dos fotografías que más bien parecen de los años cincuenta. Nuestra bienvenida más calurosa a este nuevo miembro.
Scila/
Scila
Este Agosto, durante las vacaciones en Tarragona, sentí la curiosidad imperiosa de visitar el Preventorio. Por casualidad encontré esta web y, como no, querría participar contando alguna anécdota, sólo me queda darte gracias por el trabajo que estás realizado Scila.



Me llamo José F., soy de Logroño, y también estuve en esa cárcel. Tenia nueve años y, aunque no recuerdo la fecha, creo que fue el 65 o el 66- de octubre a diciembre- mi pabellón era el 2B. Salimos de Logroño 10 niños en una ambulancia, el conductor y otro individuo, el falangista de turno. Mis padres me habían apuntado pensando que iba de vacaciones y a estudiar, y pasarlo bien, pero nada más llegar me di cuenta en donde me había metido. Mi estancia allí fue una perdida de tiempo, tengo que decir, que intenté pasar lo mas desapercibido posible y lo logré, personalmente no tuve grandes problemas, pero al mi alrededor vi autenticas barbaridades.
Para no alargarme mucho, comentaros alguna anécdota que me afecto muchísimo. Los niños que se orinaban por la noche, estaban condenados a sufrir las broncas que le echaban y les ponían un letrero en la espalda que decía: "POR MEON", les hacían recorrer todo el preventorio así, para la risión del resto de niños. Junto a mi cama había un compañero que se orinaba y, por la noche a la hora de acostarnos, este compañero, estaba temblando, porque sabia que al día siguiente le iban a poner otra vez el dichoso cartelito. 
Tengo que decir que en nuestro grupo había buen compañerismo, quizá por sentirnos tan indefensos y por defendernos ante las posibles amenazas de estos fascistas, y ayudábamos en lo posible a ese compañero. Otra de las cosas que me afectó, y que le tenia un odio insostenible, era cuando nos llamaban a las duchas, éramos como corderitos, nos desnudaban a todos y nos metían en las duchas con agua fría, las carceleras falangistas nos cogían uno por uno, y con un esparto nos restregaban todo el cuerpo, salíamos con la piel enrojecida. Bueno no quiero ser pesado, todos creo que tenemos las mismas experiencias. Mi propósito de este contacto, es facilitar este par de fotografías por si alguno se reconoce.
Een la foto 1 soy el de la izquierda (agachado) y, en la foto 2, soy el cuarto por la izquierda, segunda fila.
Un saludo.