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18/12/14

Una sabinosa del otro bando.



Nuestra playa. A la que sólo tendríamos que haber ido a disfrutar, como bañarnos, coger conchas para hacer collares y pulseras, correr, reír, gritar... ¡Ser libres!
Estas actividades tan propias de niños casi nunca se hacían; si se os permitía jugar "arrastrandoos" por la arena y, con frecuencia, poniendo vuestras "cabezas gachas" sobre vuestras propias rodillas, durante horas.
Fui guardadora en nuestro Preventorio cuando apenas había cumplido quince años, unos meses antes de cumplir los diecisiete dejé ese trabajo. Creo que eso puede explicarlo todo. 
En estos días navideños he sentido la necesidad de dirigirme a vosotros y deciros que, desde que casualmente me encontré con el Blog que coordina nuestro compañero Scila, estáis permanentemente en mi recuerdo, desearía que todos los que por  allí pasasteis, hayáis tenido una vida plena de cosas buenas. 
Feliz Navidad y venturoso 2015. 
L.