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11/11/07

Hacia La Sabinosa - I











(Resumen)
...cuando el tren salió de la estación me deslumbró el sol y, al tiempo, borró mi repentina congoja como si la luz intensa hubiese lavado los oscuros pensamientos. Estaba rodeado por tres decenas de chavales más o menos de mi edad, siete en cada asiento, ninguno permanecía sentado. Pronto el guirigay que provocaban hizo imposible entenderse, ni a gritos. Me sorprendí a mí mismo gritando, saltando, gesticulando; perdido el control, perdido el miedo a ser sorprendido por él haciendo algo indebido, sin preocuparme de las consecuencias.
Descubrí de repente, por primera vez en mi vida, la felicidad. Era muy, muy feliz. No podía verme, pero sonreía de oreja a oreja. Ignoraba qué clase de milagro se había producido, pero el padre me había metido en un tren que me alejaba cada vez más, de él, y de sus palizas...
Scila/